DEPRESIÓN
Definición Trastorno mental que se caracteriza por fuerte decaimiento del
estado de ánimo que, en el ámbito afectivo, se expresa mediante tristeza profunda, vacío existencial, autoculpa y soledad,
en tanto que en el mental ocasiona ofuscación, pesimismo, inseguridad y baja autoestima. Este padecimiento se puede presentar
en niños, adolescentes, adultos y ancianos, pero afecta con mayor frecuencia a mujeres debido a los cambios hormonales propios
de su organismo.
Es importante saber que la depresión puede variar
tanto en intensidad como en duración, pues hay ocasiones en que es grave y prolongada, lo cual le impide al paciente seguir
con sus actividades cotidianas y relacionarse adecuadamente con familiares y amigos. Asimismo, dicha enfermedad llega a presentarse
en forma menos severa, no obstante, también modifica negativamente la vida del afectado.
Cabe destacar que esta afección no sólo es simple
estado de ánimo triste y pasajero, tampoco sinónimo de debilidad personal ni situación que pueda superarse al sonreír y olvidar
los problemas, pues se trata de una enfermedad que, al igual que diabetes o hipertensión, requiere tratamiento oportuno supervisado
por el psiquiatra o neurólogo. Esto se debe a que la mayoría de las veces, además de psicoterapia, se necesitan fármacos antidepresivos
y para controlar la ansiedad (ansiolíticos), los cuales sólo deben ser prescritos por los citados especialistas. Ahora bien,
hay que tomar en cuenta que dicho padecimiento puede presentarse de distinta forma e intensidad, a continuación se describen
los diferentes tipos.
Endógena.
Se presenta debido a alteraciones en la producción de las sustancias cerebrales que regulan el estado de ánimo (serotonina)
y sensaciones placenteras (dopamina), las cuales son denominadas neurotransmisores.
Exógena o reactiva.
Se manifiesta como respuesta a factores ambientales, por ejemplo, fallecimiento de algún familiar, decepción amorosa, fuertes
problemas económicos y estrés excesivo (también denominado burn out).
Somatógena.
Es secundaria a la administración de algunos medicamentos y a diversas enfermedades, como afección en glándula tiroides, anorexia
y bulimia, anemia, infecciones por virus o cáncer, entre otras.
Mayor. Se
caracteriza por ocasionar tristeza severa, ansiedad, pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban, aumento
o reducción de peso, sueño excesivo, cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, dolores de
cabeza y estómago e ideas obsesivas en torno a la muerte y suicidio. Suele interferir con la capacidad para trabajar, dormir
y comer.
Distimia.
Estado depresivo leve que puede pasar desapercibido por el afectado, lo que imposibilita su tratamiento, y puede ocasionar
que la enfermedad se intensifique y vaya minando lentamente la energía y alegría del paciente, hasta el punto de deteriorar
sus relaciones personales.
Crónica.
Para ser diagnosticada como tal, debe durar por lo menos dos años en adultos y un año en niños y adolescentes.
Trastorno bipolar.
Los afectados presentan ciclos depresivos y eufóricos en forma alternada, cambios que, en ocasiones, pueden ser dramáticos
y muy rápidos.
Posparto.
Se presenta después del alumbramiento y suele ser pasajera, pero en ocasiones llega a prolongarse y convertirse en problema
serio.
Invernal.
Disminución anímica evidente que se relaciona con la reducción de la luz solar que tiene lugar en otoño y se extiende hasta
el invierno.
Infantil y juvenil.
Niños y adolescentes con esta afección llegan a manifestar cambios en su forma de ser habitual, por ejemplo, quienes solían
ser sociables prefieren estar solos, asimismo, tienen mal comportamiento en casa y escuela, sus calificaciones bajan, con
frecuencia dicen sentirse tristes, en repetidas ocasiones expresan su deseo de morir y en algunos casos para sentirse mejor
recurren al consumo de alcohol y drogas. Lo anterior se llega a confundir con problemas de conducta pasajeros, lo cual evita
que infantes y jóvenes reciban tratamiento temprano. Cabe destacar que es indispensable prestar atención a estas alteraciones
y buscar ayuda profesional, ya que la depresión es la principal causa de suicidio en esta población.
Causas
-
Alteraciones en las sustancias cerebrales
serotonina (regula el estado de ánimo) y dopamina (satisfacción y placer), pues se ha comprobado que en pacientes depresivos
los niveles de estos elementos se encuentran disminuidos.
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Antecedentes familiares.
-
Estructura psicológica, ya que ésta
tiene importante papel en la resistencia o fragilidad que se pueda tener frente a la depresión en el futuro, por ejemplo,
quienes tienen baja autoestima tienden a abatirse fácilmente ante los problemas.
-
Asimismo, los individuos con personalidad
compulsiva, rígida y perfeccionista pueden verse afectados en forma severa.
-
Estrés excesivo.
-
Problemas en casa, trabajo o escuela.
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Maltrato infantil.
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Abuso sexual.
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Conflictos en la relación de pareja.
-
Divorcio.
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Pérdida de un ser querido.
-
Consumo de bebidas alcohólicas y drogas.
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Falta de emotividad o enfado.
-
Cambios en el trabajo o lugar de residencia.
-
Cirugía, por ejemplo, mastectomía (extirpación
de uno o ambos senos) o amputación de algún miembro.
-
Enfermedades graves, como cáncer, diabetes,
sida o daño en la glándula tiroides.
-
Administración de algunos medicamentos.
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Anomalías hormonales.
-
Posparto.
-
Otoño e invierno debido a reducción
de la luz solar, pues se ha comprobado que a algunas personas la falta de iluminación les afecta fuertemente su estado de
ánimo.
Síntomas
-
Intensa tristeza.
-
Pérdida de interés hacia las actividades
que la persona solía disfrutar.
-
Dificultad para dormir o exceso de sueño.
-
Autoestima baja, es decir, la persona
afectada suele considerarse deficiente e inútil, al mismo tiempo que asume las experiencias desagradables como consecuencia
de algún defecto físico, moral o mental.
-
Los afectados ven al futuro como algo
sin sentido y lleno de amenazas.
-
Aislamiento.
-
Alteraciones en el apetito.
-
Sentimiento de culpa.
-
Falta de concentración.
-
Fatiga excesiva.
-
Desesperanza.
-
Ataques de llanto en cualquier momento
del día.
-
El paciente considera que la vida le
pone obstáculos que interfieren con el logro de sus objetivos.
-
Ideas obsesivas respecto a muerte y
suicidio.
-
Mala conducta.
-
Bajo rendimiento escolar.
-
Irritabilidad e inquietud.
-
Disminución del apetito sexual.
-
Dolor de cabeza.
-
Estreñimiento.
Cuando la depresión se manifiesta después del parto
se presenta gran tristeza, fatiga, y desinterés, asimismo, es posible que la mujer lamente la pérdida relativa de su libertad,
lo que al mismo tiempo le causa sentimiento de culpa.
Ahora bien, quienes sufren trastorno bipolar, además
de presentar algunos o todos los síntomas depresivos, cuando se encuentran en estado eufórico llegan a manifestar:
-
Irritabilidad extrema.
-
Insomnio.
-
Ideas de grandeza.
-
Hablan en exceso.
-
Pensamientos desordenados.
-
Aumento del deseo sexual.
-
Gran nivel de energía.
-
Falta de juicio.
-
Comportamiento social inadecuado.
Es importante aclarar que no todas las personas con
depresión o trastorno bipolar experimentan la totalidad de las molestias descritas, no obstante, en algunos individuos la
gravedad de las mismas es intensa.
Diagnóstico
-
Se realiza con base en los síntomas
referidos por el paciente, historia clínica y antecedentes familiares.
-
Regularmente mediante exploración física
y análisis de sangre para confirmar si dichas manifestaciones son a causa de depresión o trastorno bipolar, o bien, corresponden
a otro padecimiento.
-
Debe considerarse que sentirse un poco
triste o presentar estado de ánimo más bajo que de costumbre no es suficiente para diagnosticar depresión. Para confirmar
la enfermedad es preciso que se identifique en el paciente mayor cantidad de síntomas, que éstos sean intensos y persistan
por más de dos semanas y que, de alguna manera, afecten las capacidades del individuo.
Prevención
-
Eliminar el estrés dedicando parte del
tiempo libre a las actividades favoritas.
-
Procurar que el ambiente laboral y familiar
sea estable.
-
Practicar ejercicio físico o inscribirse
a algún curso (pintura, escultura o taller literario).
-
Dormir de 6 a 8 horas al día.
Tratamiento
-
Hay diversos medicamentos antidepresivos
para tratar la enfermedad, de los cuales el psiquiatra o neurólogo indicará el más adecuado al paciente. Este tipo de fármacos
reducen considerablemente los síntomas, ya que actúan sobre las sustancias químicas cerebrales para conseguir que el paciente
retorne a un estado de normalidad total.
-
Para el trastorno bipolar existen medicaciones
específicas.
-
Los medicamentos deben complementarse
con psicoterapia, método que consiste en desdramatizar las situaciones que ocasionan conflicto y abatimiento al paciente,
ofrecer seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional, corregir los pensamientos distorsionados y enseñar a prevenir
posibles recaídas.
-
En cuanto a la depresión que se presenta
después del parto es necesario saber que desparece en poco tiempo, pero es indispensable que la mujer se alimente bien, descanse
adecuadamente, se mantenga tranquila y sea apoyada por su pareja y familiares.
-
Cuando se presenta debido a la llegada
de otoño e invierno es recomendable someterse a fototerapia, técnica que consiste en exponer al paciente a fuentes de luz.
En ocasiones se apoya con psicoterapia y administración de medicamentos.
-
Se sugiere tomar tranquilizantes naturales
de venta libre para aliviar nerviosismo y estrés.
-
Hay medicamentos formulados con ingredientes
naturales que ayudan a conciliar el sueño y evitar el insomnio.
-
Puede recurrirse a vitaminas que se
venden sin receta médica, pues cuando hay depresión se pierden nutrientes.
-
Para mejorar la falta de memoria y concentración
es recomendable administrar productos naturales y complementos alimenticios indicados para tal fin.
-
Si se presenta dolor de cabeza es necesario
tomar un analgésico.
-
Cuando hay estreñimiento será necesario
incrementar la cantidad de fibra en la dieta, ingerir de 2 a 3 litros de agua y tomar algún laxante.
Por otra parte, es conveniente que los familiares
del afectado con depresión tomen en cuenta las siguientes medidas:
-
Asegurarse que asista a todas las consultas
programadas por su médico.
-
Si se escuchan comentarios relacionados
con muerte o suicidio, no hay que ignorarlos ni restarles importancia, deben informársele al médico a la brevedad.
-
Vigilar que tome la medicación tal y
como se le ha prescrito.
-
Nunca acusarlo de aparentar estar enfermo
o de ser débil, ni esperar que se recupere inmediatamente de la depresión.
-
Estimularlo a realizar actividades que
anteriormente le gustaban, pero sin exigirle mucho.
-
Recuerde que el deprimido requiere comprensión,
paciencia, consideración y ánimo.
También es básico que el paciente siga algunas medidas
conforme el tratamiento comienza a surtir efecto:
-
No fijarse metas difíciles ni adquirir
grandes responsabilidades.
-
Dividir las grandes tareas en labores
pequeñas y realizarlas hasta donde sea posible.
-
Buscar la compañía de familiares y amigos.
-
Participar en actividades que proporcionen
bienestar, por ejemplo, ejercicio ligero, ir al cine, caminar por algún parque, organizar un día de campo e inscribirse a
clases de yoga o natación.
-
No tomar decisiones cruciales en su
vida, tales como cambiar de empleo, casarse o divorciarse sin consultar al médico; en cualquier caso, es prudente posponer
las resoluciones importantes mientras la depresión no haya disminuido.
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No esperar que la enfermedad se supere
de inmediato, pues hay que tomar en cuenta que conlleva un proceso gradual.
-
Rechazar los pensamientos negativos.
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