ANTIOXIDANTES
Aunque no estemos conscientes, cada segundo nuestro organismo libera una batalla interna:
aquella entre antioxidantes y radicales libres. Para entender este proceso primero es necesario saber "quienes o que" son
los segundos implicados.
Tanto el Universo, animales y humanos están constituidos por átomos (partículas minúsculas) agrupados en moléculas,
los cuales contienen electrones (cuerpos con carga negativa) alineados por pares. Cuando uno de estos elementos no tiene "pareja"
y queda desocupado recibe el nombre radical libre, el cual recorre nuestro cuerpo para obtener el electrón que le hace falta
con la intención de recuperar su estabilidad; si lo consigue, promueve que se rompa el equilibrio y que esa molécula alterada
se convierta en un nuevo radical libre, iniciándose así un ciclo destructivo para nuestras células.
El daño que los radicales libres ocasionan se dirige a las membranas (capas protectoras) de millones de células,
alterando su información genética y facilitando el camino para desarrollar diversos tipos de enfermedades. Aunque van deteriorando
al organismo, ello no ocurre de un día a otro, se necesitan varios años para causar males mayores, lo que se debe a la eficacia
de las enzimas que produce nuestro organismo para neutralizarlos.
Así, el cuerpo humano está luchando contra radicales libres a cada momento del día, no obstante, de manera
natural fabrica algunos (en forma moderada) para que liberen batalla contra bacterias y virus, frenar los procesos inflamatorios
y regular la consistencia (firmeza) de los músculos. Pero cuando se generan en exceso, aceleran el envejecimiento prematuro
de las células y causan fatiga física y mental, además de favorecer la aparición de arrugas.
¿Cómo llegan al organismo?
Es importante saber que el cuerpo utiliza oxígeno para obtener energía
de los alimentos y a su vez suministrarla para que todos los órganos realicen los procesos bioquímicos que deben llevar a
cabo. El procedimiento se desarrolla en la sangre, donde participa importante proteína llamada hemoglobina (que contiene hierro),
gracias a la cual el vital líquido puede absorber 50 veces más oxígeno que el agua.
A este complejo proceso esencial para la vida se denomina oxidación, y durante él se generan los populares
radicales libres a fin de matar bacterias y brindar cierta protección al organismo. Sin embargo, factores como la contaminación,
determinados productos químicos de uso doméstico, ciertos medicamentos, tabaco, rayos X y pesticidas pueden incrementar su
producción y con ello generar problemas importantes de salud, por ejemplo, cáncer.
¿Y los antioxidantes?
Para prevenir la producción descontrolada
de radicales libres el organismo cuenta con un sistema de control, es decir, crea los llamados antioxidantes (bloquean el
efecto dañino de los radicales libres debido a que les proveen los electrones que les hacen falta), pero lamentablemente la
cantidad generada no siempre es suficiente para contrarrestar su acción.
Pero hay buenas noticias, pues desde hace algunos años podemos recurrir al consumo de los nutrientes antioxidantes,
los cuales incluyen a:
Vitamina A
También se le denomina retinol
(cuando se obtiene de alimentos animales) o betacaroteno (si procede de frutas y vegetales) y es necesaria para la vista,
desarrollo de huesos, mantenimiento de tejidos y prevención de infecciones.
De manera natural se encuentra en hígado, pescado graso, yema de huevo, leche, queso, mantequilla, zanahoria,
espinaca, durazno, brócoli, pera, naranja, col de bruselas, mango, melocotón y manzana. Su deficiencia puede ocasionar desde
ceguera nocturna hasta la pérdida total de la visión, trastornos en el crecimiento y predisposición a infecciones gastrointestinales
y en vías respiratorias.
Belleza. Los productos cosméticos que contienen
vitamina A mejoran la elasticidad de la piel, regeneran los tejidos envejecidos prematuramente, proporcionan suavidad, inducen
la producción de colágeno y humectan la epidermis seca.
Vitamina C
Se le conoce como ácido ascórbico
y es necesaria para producir colágeno, metabolizar grasas, cicatrizar heridas y fortalecer las defensas del organismo. Puede
encontrarse en naranja, toronja, guayaba, fresa, limón, col de bruselas, coliflor, grosellas, kiwi, melón y tomate verde,
y si su consumo es deficiente pueden presentarse algunos padecimientos, como escorbuto e infecciones (principalmente respiratorias).
Belleza. Cuando se usan cosméticos que contienen vitamina C mejoran la elasticidad
de la piel, afinan su textura, desvanecen manchas cutáneas y uniforman el tono de la piel.
Vitamina E
También se le conoce como tocoferol,
y existe en cuatro tipos: alfa, beta, gamma y delta, e impide la oxidación producida por los radicales libres (sustancias
químicas que aceleran la destrucción celular y tienen influencia en el desarrollo de cáncer, hipertensión, demencia senil
y trastornos en las defensas del organismo) al mantener la integridad de las células. También evita que las vitaminas A y
C y el mineral selenio se destruyan, alivia la fatiga, previene y disuelve coágulos sanguíneos, protege a los pulmones de
la contaminación, proporciona oxígeno al organismo, retarda el envejecimiento, acelera la cicatrización de quemaduras y ayuda
a prevenir abortos espontáneos y calambres en piernas.
Está contenida en aguacate, brócoli, ciruela, espinaca, espárrago, manzana, plátano y zanahoria. Su deficiencia
puede producir destrucción celular y de glóbulos rojos, anemia, envejecimiento prematuro y trastornos en la reproducción.
Belleza. En cremas cosméticas aumenta la microcirculación
de la piel (flujo sanguíneo) asegurando mejor alimentación de los tejidos, lo que incrementa la elasticidad de la epidermis
y reduce líneas de expresión y arrugas; asimismo, la vitamina E ayuda a inhibir la inflamación y sanar cicatrices.
Selenio
Tiene propiedades antioxidantes,
lo cual le da la capacidad de prevenir envejecimiento prematuro y cáncer. Los alimentos que lo contienen son: carne, pescado,
lácteos, germen y salvado de trigo, cebolla, ajo, tomate verde, brócoli y levadura de cerveza. Es raro que se presente deficiencia
de este mineral, pero cuando ocurre hay dolor muscular.
Belleza. El selenio es útil en el tratamiento
contra la caspa.
Es altamente recomendable agregar o incrementar la ingesta de alimentos que contienen antioxidantes, lo cual
se puede apoyar con la administración de multivitamínicos, complementos y suplementos alimenticios, así como productos fortificados.
Y por fuera, usar cremas, leches o geles que los incluyan en su fórmula.
Por último, considere que no es nada complicado ayudar al organismo en la lucha contra los radicales libres,
lo que a la larga nos protegerá de padecimientos que disminuyan